Hacia el séptimo mes ha terminado el recambio de dientes, pero sigue siendo curioso y le encanta jugar. Ya puede salir a hacer caminatas más largas, aunque todavía debes tener cuidado de no hacerlo saltar demasiado ni hacer giros bruscos porque sus articulaciones y su musculatura están terminando de formarse y podría sufrir lesiones. Aprovecha estos paseos para sus lecciones de obediencia, que ya pueden ser más largas y exigentes.
La mayor comprensión y reconocimiento adquiridos a esta edad deben permitir el complemento de las habilidades que ha aprendido el cachorro para ayudarle a crecer y desarrollarse, así como para evitar que se aburra.
Los cachorros que no son esterilizados o castrados también comenzarán a exhibir un comportamiento sexual durante este periodo. A partir de los 8 meses, el cachorro puede ir dejando el alimento de crecimiento, pues el ritmo de crecimiento de su estructura se reduce habiendo alcanzado prácticamente su tamaño adulto. Una vez el cachorro haya adquirido las bases de la disciplina ya se le podrá enseñar ejercicios de obediencia, tales como andar junto con o sin correa, los cambios de dirección, los cambios de velocidad, las posiciones (de pie, tumbado o sentado), las inmovilidades, la llamada(muy importante), el trabajo en grupo para desarrollar la sociabilidad con el hombre y otros perros, etc. La autoridad forma parte de las referencias necesarias para el equilibrio del perro. Pero si bien el perro debe obedecer a su amo, no debe temerle.
Con 9 meses y nuestro cachorro entrado ya en la adolescencia, se mostrará atrevido y puede que empiece a mostrar algunas conductas no deseables, tales como lanzarse saltando sobre algunas personas, tirar de la correa o pedir cosas de forma insistente. Se debe reaccionar rápidamente a estos comportamientos con instrucciones sistemáticas con voz firme y clara.