Repetimos, que la armonía de toda la figura se atribuye, justamente, por el valor que se da a la cabeza. Basta pensar que la primera regla del estandard hace refencia a una medida del tronco, definida como “proporción importante” (11/10), incluso antes de la descripción de la raza, demostrando que en una raza, donde todos los elementos se presentan en equilibrio, cada elemento es, básicamente, equilibrio. Esto nos indica que estas características de dignidad y orgullo en el shiba debe ser el resultado de todos estos factores juntos y no al margen de una incidencia elevada y el movimiento típico, lo cual, ciertamente, un perro con los codos abiertos, o una parte posterior baja, aunque con una buena cabeza, no podrá tenerlo. La prueba de una buena impresión sobre el perro, es y sigue siendo el mismo movimiento del perro, que es simplemente la verificación de la estructura y del conjunto, como también la amplia literatura fundamento de la cinotecnia enseña, incluyendo Bonetti y Gorrieri.
Por lo tanto, los ejemplos relacionan, obviamente, estos caracteres tomados en examen y fundamentalmente para aquella particular expresión típica del shiba, pero teniendo en cuenta que falta la valoración del conjunto, tanto del sujeto como de la propia cabeza, dado que el objetivo de este artículo es particularmente ilustrar el método.
También debemos considerar los límites mismos de un dibujo respeto a un sujeto real, sin embargo, los diseños que se muestran aquí fueron hechos con un cuidado especial para expresar con la mayor precisión posible el carácter de interés, y por lo tanto se puede considerar bastante fiable y útil.
Hecho este largo preámbulo pero necesario, ahora pasamos a analizar los caracteres examinados. Las cifras se sitúan en orden ascendente de excelencia.
La fig.A muestra un sujeto en el que la relación entre el cráneo – ojos – las orejas no están bien posicionadas ni bien reportadas. Se parte del caracter que resulta mas evidente: los ojos. Estos son por forma y posicion mal posicionadas y de color no suficientemente oscuro.
Los ojos deben presentarse bién pigmentados(la alternativa no está contemplada por el el estandard), con corte netamente triangular (y aqui son evidentemente de forma de almendra/redondeados), bien distanciados entre sí y con una inclinación que debe tender al filo de la base de la oreja. Estos elementos se presentan de forma incorrecta: la inclinación de los ojos respecto la oreja es insuficiente, ya que sus oídos no están bien espaciados y son también puestas en posición prácticamente vertical respeto la frente.
Falta la necesaria ligera inclinación hacia delante de las orejas (que no debe ser, sin embargo, marcada como en el Akita!). Además de referirse ao a la forma incorrecta de ojos, también sobre todo a un cráneo de «apoyo» demasiado estrecho. Finalmente, las orejas son demasiado grandes. La expresión, especialmente cuando se compara con la figura F, resulta absolutamente alterada en comparación con la «excelencia». Evidentemente, si tuviéramos que valorar estos caracteres según la lectura del Sr. Kume, los valores deberían ser considerados con signo negativo.
La fig.B es el caso de un sujeto que presenta una frente ligeramente más amplia con un relativo mejor posicionamiento de la oreja, las cuales tienen una dimensión suficiente en relación con la cabeza. Los ojos tienen una pigmentación suficiente, pero no óptima. Respecto a la fig.A tiene mejor forma, ancha aunque aun tendiendo a ser ovalada, y no bien triangular, por lo que todavía no es excelente. Definitivamente mejor respecto a la fig.A la distancia y la inclinación de los ojos respecto las orejas.
Nótese como la expresión, todavía lejos respecto la fig. F, ya es mucho más típica y cercano a la suficiencia respecto a la fig. A. Si tuvieramos que evaluar la expresión de este sujeto, tendríamos una relación positiva respecto a la fig. A, pero si concedemos a la Fig. F un +4% de los ojos, +8% de las orejas, +15% para el cráneo (aunque este último valor es parcial, faltando la valoración de la cara y el cuello) a la fig. B es atribuible un valor positivo con intensidad media en la expresión de las características. Para simplificar, atribuyendo a la fig. F el valor del +100% de la expresión fenotípica del carácter examinado, podriamos atribuir a la expresión de los caracteres propios de la figura B un valor total comprendido entre + 40 y + 50%, o cerca de la suficiencia.
Las fig. C,D,E tienen todos claramente los caracteres de excelencia y difieren entre sí en el complejo, por los detalles.
La figura C presenta orejas excelentes por forma y posición y suficientemente inclinadas. Sus ojos presentan un corte correctamente triangulares, con optima pigmentación y buena inclinación respecto a las orejas. Podrían estar mejor espaciadas y la frente sería preferible un poco más ancha.
La fig. D presenta las mismas ventajas de la fig. C con una mejor distancia y establecimiento de las orejas, aunque el verdadero mérito de la fig. D es una forma aún mejor de ojos, además de una mejor posición relativa a los oídos y mejor inclinación: perfectamente en línea con la base de las orejas.
Sería preferible, en este caso una mejor distancia entre los ojos y una mejor inclinaciónn de las orejas sobre el craneo; hacia delante en cambio la inclinación es buena.
Estas características aparecen todavía mejor presentadas en la fig. E.
Aquí encontramos evidentemente una frente verdaderamente bien dimensionada que permite una excelente valoración de las diversas características.
La fig.F se aleja de las anteriores por relaciones de los elementos más cercanos al ideal, orejas bien posicionadas lateralmente y bien inclinadas. Ojos perfectamente cortados en triángulo y bien posicionados entre ellos en un frente ni demasiado amplia ni demasiado estrecha y bien en comparación con las orejas. Además, que estas últimas tienen dimensiones mejor proporcionadas respecto a la cabeza.
La expresión en estos tres últimos ejemplos se ve cada vez más hierática(rígida y solemne) y orgullosa: la expresión de raza es dada en efecto de mejores rasgos somáticos. Nótese como la expresión cambio de los dos primeros ejemplos respecto de la fig. C. Los tres últimos ejemplos, por último, se diferencian principalmente por la calidad de los caracteres individuales, que ocurren casi en el mismo nivel de excelencia, sino por cómo se relacionan entre sí.
Aquí, se vuelve util aquel 25% inicial que deben asignarse a la armonía de los elementos individuales y la correcta relación entre los caracteres, que, incluso si bien evaluados individualmente, no serían suficientes para elaborar un juicio correcto, si no hay correlación entre ellos en una figura general.
El resultado final global debe ser lo más similar posible a las tres cabezas que se muestran aquí: estos sujetos japoneses presentan el más alto grado de excelencia de los elementos y relaciones, y por lo tanto son, actualmente, el mejor ejemplo.
[Documento original de Elettra Grassi. Nuestro agradecimiento a la autora por permitirnos su publicación y traducción]