La sociabilización iniciada en las semanas anteriores se prolongará hasta las 12. Jugando entre ellos, los cachorros han aprendido la jerarquía. Con sus hermanos y hermanas el cachorro ha aprendido las técnicas de combate y de vida en jauría, las pruebas de dominación y sumisión y los primeros signos de la actividad sexual.
A los 3 meses, el cachorro cambia de compañero y quiere jugar con las personas. Lo invita a compartir su actividad frenética, sus ganas de juego continuo. Hace la reverencia para invitar al juego, con la mirada clavada en su amo. Es el momento de unirse a su juego, de enseñarle a correr por la pelota sin escaparse, de caminar y correr juntos. El juego sienta las bases de la jerarquía, y entre los perros, evita las peleas a mordiscos, atenúa las tendencias agresivas y refuerza la relación hombre-perro.
En esta edad, el cachorro ya puede salir a dar cortos paseos, de no mas de 10 o 15 minutos. Todavía está formando su estructura osea y muscular y no es conveniente someterlo a esfuerzos físicos elevados. Es necesario comenzar a acostumbrarlo al uso de collar y correa. Esto refuerza el sentido de someterse a la autoridad de su amo y además será después un accesorio indispensable para el aprendizaje. Al principio y hasta que pierda el miedo deberás darle paseos cortos dentro de casa, durante un mes por lo menos, luego si debes comenzar a darle paseos fuera de la casa.
Su cerebro casi formado se convierte en una esponja necesitada de información. El cachorro se muestra interesado por todo lo que le rodea, cualquier objeto que se mueve, cualquier ruido, el trafico, una puerta, etc. Hay que evitar el agotamiento y someterlo a demasiados estímulos. Será conveniente en esta fase que el cachorro descubra mundo, y armarnos de paciencia para dejar que investigue, darle un margen para que pueda olisquear, escuchar y ver. Todos esta información que el cachorro irá asimilando le hará ganar en seguridad.
El crecimiento máximo se alcanza entre los 3 y 5 meses. Es el momento cuando se forman los lazos más firmes y las relaciones más profundas entre tu perro y tú. A partir de este mes el cachorro está listo para sus primeras lecciones serias de obediencia, siempre con mucha paciencia y suavidad.